“Ama a todos, confía en unos pocos y no le hagas daño a nadie.”
Shakespeare
Aunque suene sorprendente existen personas capaces de darle la vuelta para bien a todo lo que les sucede y ver incluso los acontecimientos aparentemente negativos como un estímulo de aprendizaje, como un reto a superar.
Esta lectura de las circunstancias hace que se sientan “gente con suerte”.
La vida nunca está exenta de problemas, sin embargo, la forma de enfocarlos y gestionar lo que nos sucede es clave para encontrar satisfacción y ganas de continuar.
Inclinar la balanza hacia una actitud participativa, receptiva, tomando decisiones y definiendo hacia donde se quiere ir es una forma de moverse con el movimiento que proporciona confianza.
Las flores de Bach pueden ayudar a cambiar la mirada hacia esa “paranoia inversa” por ejemplo:
GENTIAN nos enseña a no detenernos ante los obstáculos, a seguir adelante y ver todas las posibilidades para avanzar
GORSE recupera el fuego interno que despierta las ganas de seguir intentándolo, de encontrar el camino,
MUSTARD nos enseña que todo es cíclico y convierte la conexión con la tristeza y el desinterés en un rocío estimulante y vivo
HOLLY abre el corazón cuando está cerrado y estancado en el dolor.
OLIVE regenera la energía para que el cansancio físico y mental no impida ver lo bueno que se esconde en todo.
Quizá la clave esté en aquello que dijo Shakespeare:
“Ama a todos, confía en unos pocos y no le hagas daño a nadie.”
Espero que te sirva
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