“Si antes de besar a la persona amada habéis contemplado las estrellas, no la besaréis de la misma manera que si sólo habéis mirado las paredes de vuestra habitación”
-Maurice Maeterlinck- (1862-1949)
Perdonar es liberar a una persona del yugo de un castigo.
El castigo representa más a quién lo inflige que al que lo recibe.
El perdón es uno de los rostros de la sabiduría porque permite disolver las durezas que limitan la expresión espontánea.
Perdonar nace del centro del corazón y por ese motivo no todo el mundo puede hacerlo cuando quiere ni resulta sencillo.
En realidad se trata de ampliar la visión hacia la valentía. Ser valiente es dejar de temer ser destruido.
Liberarse mediante el perdón no significa que necesariamente haya que dar un giro hacia la ternura, a veces basta con eximir a la otra persona de una exigencia.
Estas son algunas de las flores de Bach que ayudan a perdonar y a soltar : -HOLLY- ( para el dolor en el corazón por un daño recibido y experimentado como abuso o traición) -WILLOW- ( para los resultados frustrantes acompañados de un sentimiento de injusticia. Amargura y cierto victimismo por ello) -OLIVE -(agotamiento tras la tensión y el dolor internos, mantener un enfado durante un tiempo y en altos niveles es agotador) -VINE- (para la dureza que convierte a la personalidad en una armadura en forma de control extremo sobre los demás)- BEECH- (Para las miradas puntillosas, que buscan en el fondo no relajarse, no establecer relaciones e inconscientemente ponen el foco en lo que está mal.
Sin duda la tarea mas importante es perdonarse a uno mismo porque… “Si antes de besar a la persona amada habéis contemplado las estrellas, no la besaréis de la misma manera que si sólo habéis mirado las paredes de vuestra habitación”
-Maurice Maeterlinck-